El nuevo Centro Interactivo de Memoria Urbana abrirá sus puertas al público mañana, a partir de las 9 a.m., en la Antigua Aduana.
Que Barranquilla sea una ciudad “sin historia” (lo escribió Gabriel García Márquez en 1955), que resulte “inasible” perseguir sus huellas históricas (lo dijo Ramón Vinyes a principios de la década del 40) o que esa historia, por no estar fijada, tenga “una existencia inexistente” (también lo dijo el catalán en aquella época) refuerza, pese a los esfuerzos por construir un relato, la idea de un lugar que apenas ha logrado detenerse para contemplarse en el presente.
Para intentar comprender y ahondar en lo que García Márquez o Vinyes quisieron decir, para hilvanar un relato “más consistente” de la historia, para promover la creación de la memoria, al menos la que concierne a nuestro desarrollo urbano, es que se abrirán las puertas del Centro Interactivo de Memoria Urbana, Cimu, una sala–museo interactiva que recorre el pasado, presente y proyecta el futuro de Barranquilla.
El nuevo espacio, que se inaugura hoy, desde las 9 a.m. en la Antigua Aduana, repasa las dinámicas en torno al legado histórico y cultural de la capital del Atlántico, un proyecto de la Corporación Luis Eduardo Nieto Arteta para el Archivo Histórico del Atlántico.
Lo hace a través de tres focos (pasado, presente y futuro) y siete salas de exposición que promueven la participación interactiva del público. Las personas podrán desde rellenar con colores una pintura digitalizada de Alejandro Obregón (Simbología de Barranquilla, 1956), grabar sonidos y hacer música, hasta llevarse una semilla y sembrarla en su hogar.
El recorrido
Para recordar esa Barranquilla de ‘antes’, Cimu comienza su ‘viaje’ por los mitos que explicaban el surgimiento de la ciudad a partir de la migración de los pastores de ganado de Galapa, los inicios de la navegación comercial con barcos por el Río Magdalena y el primer viaje del Ferrocarril de Bolívar, acontecimientos incluidos en las salas La Aduana antes de la aduana y La ciudad que se abre al mundo.
Más adelante, la sala–museo hace un repaso por los cien años de la primera aerolínea de América y la segunda del mundo, fundada en Barranquilla: la Sociedad Colombo Alemana de Transportes Aéreos, Scadta, que tiempo después se convertiría en la compañía Aerovías del Continente Americano, Avianca.
Aquí, las personas podrán apreciar cómo se visualizaban algunos de los lugares emblemáticos de la ciudad desde los aires en aquella época: el sector de la Aduana, el Centro Histórico y la urbanización El Prado.
“El Cimu sitúa al visitante en lo que era este espacio (la Antigua Aduana) antes de la aduana, y lo hace desde dos teorías: la científica y el mito fundacional; por eso este lugar es una provocación para seguir investigando”, destaca Cielo Támara, directora de la Corporación Luis Eduardo Nieto Arteta.
Esa provocación, la de conocer más sobre la ciudad que se habita o se visita, continúa con las salas Construyendo un legado, Un monumento, un proyecto cultural y Cultura sin aduanas, que permiten reflexionar sobre el presente de Barranquilla a través de un recorrido por su imagen urbana.
“El visitante llega a tener todo un panorama del esquema de desarrollo del edificio y la ciudad; aquí los monumentos están animados y las salas ubican a las personas en lo que querían ver cuando llegaban a la Aduana y preguntaban sobre el relato histórico de Barranquilla”, asegura Támara.
Mirada al futuro
La última sala del Cimu, Atlántico y Barranquilla futuribles, propone al público que construya su propio discurso de ciudad para el ‘mañana’. Lo podrán hacer a través de cámaras que grabarán su visión de capital y de un juego que deja en las manos de cada visitante una semilla para que siembre y aporte a ese futuro. Una especie de metáfora que intenta recordarles la importancia de “hacer parte” y que, al tiempo, plantea la pregunta: ¿Qué patrimonio estamos legando a las futuras generaciones?
“La conservación de los monumentos del pasado no es una simple cuestión de conveniencia o de sentimiento. No tenemos el derecho de tocarlos. No nos pertenecen. Pertenecen en parte a los que los construyeron y en parte a las generaciones que han de suceder”, se lee a la entrada del Centro Interactivo de Memoria Urbana.
El Cimu
Horarios y taquilla
El Centro Interactivo de Memoria Urbana estará abierto al público de martes a domingo y festivos, desde las 9 a.m. hasta las 5 p.m. en jornada continua, con cierre de taquilla a las 4:30 p.m. (El día lunes estará cerrado por mantenimiento). Al Cimu se puede acceder de dos maneras: por la carrera 50 con calle 37 esquina, y por la vía 40 # 36- 135, con parqueadero gratuito.
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