Aunque muchas personas quizá no lo conozcan, el Archivo Histórico del Atlántico guarda hace casi tres décadas el patrimonio documental del país y el departamento del Atlántico.
Al ingresar al Archivo Histórico del Atlántico, en el evocador Edificio de la Aduana en la Vía 40, el silencio es rey. A un costado de la sala están las mesas de consulta en donde un par de personas ojean sigilosamente textos antiguos, y del otro, un montón de libros de distintos colores que recogen siglos de historia y acontecimientos del Caribe y el país reposan en estantes organizados cronológicamente.
Silencio, divino tesoro. En el recinto no hay espacio para el ruido, ni la distracción. Solo al final de sala se escucha el sonido tenue de un teclado proveniente de la estación de trabajo de Elkin Núñez Cabarcas, coordinador de procesos de la entidad y su funcionario más antiguo, con 30 años de servicio.
El nacimiento del Archivo Histórico se remonta al 9 de diciembre de 1992, cuando mediante la ordenanza 07 el entonces gobernador del Atlántico e historiador Gustavo Bell Lemus dispuso que fuese una dependencia adscrita a la Administración Central Departamental para que se encargara de velar por el patrimonio documental de Barranquilla y de cada uno de los municipios del Atlántico.
Luego de una ardua labor de recolección y limpieza de los primeros archivos, entró en funcionamiento el 3 de octubre de 1994. Desde entonces el archivo ha ganado visibilidad y ha recibido a más de 90 mil usuarios, entre los que se encuentran investigadores de alto nivel y estudiantes.
Durante una pausa, Núñez, licenciado en Ciencias de la Educación de la Universidad del Atlántico, vestido de bata blanca y encargado de orientar a cada una de las personas que visitan el lugar, cuenta que el Archivo cuenta con fondos documentales que son de vital importancia para la memoria histórica de nuestro territorio. “La fortaleza del Archivo Histórico, que es de libre acceso para toda la ciudadanía, reposa en dos fondos documentales: el fondo notarial, que abarca un periodo de 1815 a 1960 de cuatro notarías de Barranquilla y una municipal, de Sabanalarga; y un segundo fondo que es el de prensa.
El archivo está ubicado desde octubre de 1994 en el Edificio de la Aduana, en pleno centro de Barranquilla.Desde su entrada en funcionamiento el archivo ha ganado visibilidad y ha recibido a más de 90 mil usuarios, entre los que se encuentran investigadores de alto nivel y estudiantes.
“El fondo de prensa lo consideramos de gran valor porque allí encontramos la vida cotidiana de la ciudad. Tenemos otros fondos buenos, pero estos abarcan, en gran parte, la atención de los estudiantes e investigadores que nos visitan”, asegura el funcionario, mientras estira sus manos para retomar su labor.
Es precisamente esa posibilidad de asomarse al pasado de Barranquilla, relatado por los diferentes diarios impresos que existieron en la ciudad, lo que hace que César Ariza Pérez, abogado y estudiante contaduría, visite el archivo cada mes para leer las crónicas rojas y notas de prensa de los temas judiciales que fueron noticia en la ciudad y el país.
“Conocer la historia de Colombia es una pasión para mí y en Archivo puedo consultar sucesos como el asesinato de Galán contado por diferentes medios. La posibilidad de revisar las páginas en las que se muestra gráficamente cómo era la vida de Barranquilla en los años 50 y 60 no la tengo en ningún otro lugar”, cuenta el joven, mientras devora las páginas amarillentas de una edición del diario El Heraldo de 1980.
Elkin Núñez es enfático al afirmar que el Archivo Histórico del Atlántico es la única institución que está salvaguardando la historia de Barranquilla y el pasado de sus habitantes. “Estamos conservando los procesos documentales que han pasado de generación en generación. Es otra forma de vivir la historia, una forma de ver qué fue lo que sucedió en la ciudad y su cotidianidad”, señala el funcionario.
El Archivo conserva, además, la caja fuerte de la tesorería, que también tiene su propia historia. Su documentación más antigua data de 1760, identificada como insertos de trabajos de tierra del municipio de Piojó que contienen información histórica, notarial y de terraje. Y sus archivos más nuevos son los diarios impresos que llegan cada mañana.
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